publicidad | Signos mutantes

Por Equipo Acertijo

«Los estudios saben lo que hacen: se trata de un marketing que va a avasallar, a llenarlo todo, y no tengo claro que eso sea contraproducente para las películas» Rubén Romero

Al ver una película nos adueñamos de la historia, y muchas veces nos identificamos. Pero no es sólo el film el que compone todo este ambiente cinematográfico, son todos los elementos que lo rodean, donde el diseño gráfico adquiere un papel primordial, y que muchas veces se convierten en estrategias de marketing que son explotadas en su totalidad.

Como primer ejemplo está el cartel promocional, que está configurado por un lenguaje ligado a la temática del film, pero desde otra perspectiva. Deja un poco de misterio en el lector; pretende evocar deseo, que finalmente terminará en ganancias económicas para los productores, y aunque un cartel puede ser histórico finalmente se resume a ganancias, a una estrategia comunicativa de la que depende mucho el éxito del film, qué tanto me provoca el cartel. Obviamente es el diseño gráfico el encargado de componer el cartel. El diseñador debe ponderar los códigos bajo los que se maneja, dependiendo de la temática del film y el público al que se enfoca; así como el concepto principal del largometraje, pues muchas veces los carteles nos evocan ideas totalmente ajenas a lo que realmente trata la película.

Otro ejemplo son los créditos cinematográficos, que muchas veces son tan característicos que terminan siendo un elemento de identificación importante para el film. Toman otro carácter distinto y conforman su propio lenguaje. Tal es el caso de la película de Disney y Pixar, Ratatoille, donde la gráfica usada para los créditos es totalmente distinta al resto de la película, son trazos más estilizados, pero que no difieren con la temática general del film. “Una secuencia de títulos de crédito puede resultar una introducción al clima dramático y contener como elementos de identidad signos claves en la narrativa del film”, afirmó Saul Bass, quien trabajó para películas de Otto Preminger y Alfred Hitchcock, y fue gracias a él que se le dio importancia mayor al diseño de créditos, pues pueden constituir elementos claves de la imagen que el film proyectará.

El último ejemplo al que hago referencia, es quizá el más influenciado por el marketing, y se trata de todos los productos que se ponen en venta generalmente cuando la película está en salas de cine. Este fenómeno ocurre casi siempre en films para niños, quienes sabemos que son uno de los blancos principales. La estrategia comienza en el cine, cuando los niños acuden a ver su película esperada, en el establecimiento les ofrecen vasos, botes, golosinas y muñecos de plástico de los personajes principales. Esta cadena continúa en tiendas departamentales, donde se encuentran a la venta prendas y accesorios con los mismos personajes; sin mencionar todos los artículos que llegan a las tiendas de autoservicio, como cuadernos, alimentos, objetos de uso personal, etc. Quienes han visto la película tienen un fuerte deseo de poseer estos artículos, pues generan una identidad, quienes los tienen gozan de pertenencia a cierto grupo, se encuentran dentro de lo “in”, lo de moda. Como observación extra, cabe resaltar toda la piratería que esto provoca; pues los productos no están en venta únicamente en tiendas autorizadas, si en algún momento un personaje de cierto film se pone de moda lo veremos en todos lados, y quienes no tengan los recursos para obtener la gama de productos, buscarán la manera de estar dentro; pues como toda buena estrategia de marketing, termina siendo una necesidad.

Específicamente en estos casos debemos observar todo de una manera objetiva, estos productos no son necesarios para vivir, pero sí para que el público se coloque dentro del ambiente que quiere para él; como mencioné al principio, muchas veces nos identificamos con el film, los personajes y las problemáticas están pensadas para que esto suceda, y para que el espectador quiera sumergirse totalmente en este mundo alterno.
Ya que queda más claro el papel del diseño gráfico dentro del ámbito cinematográfico, es importante que el diseñador más que estrategias de venta, genere comunicación. Si el objetivo de la película es vender todo lo que se pueda, un diseñador gráfico puede rescatar un poco de todo ese plan de negocios haciendo productos que vayan más allá. Un cartel realista, que tenga concepto y que a la vez atraiga, una serie de créditos que puedan ser elemento de identificación, o productos que conformen un lenguaje. La publicidad es una rama que el diseño gráfico protagoniza, pero siempre puede hacerlo con principios y siguiendo una metodología que satisfaga lo mayor posible las necesidades de comunicación del cliente y del usuario, en este caso espectador.

Finalmente no hay que generalizar afirmando que todas las películas pretenden únicamente ganancias económicas; considero que en muchos casos las estrategias de marketing son secundarias a los propósitos sociales o educativos del film. Se tendría que analizar cada caso en particular y determinar quién dirige a quién, si el diseño trabaja bajo requerimientos de marketing y ventas, o el marketing propone sus estrategias con base en el concepto de diseño.

Fuentes de consulta
¿Como vendemos esta película?: La crisis del marketing en el cine. Abril 20, 2013. Recuperado Mayo 20, 2013: http://cinemania.es/noticias-de-cine/como-vendemos-esta-pelicula-la-crisis-del-marketing-de-cine

Haz clic para acceder a pr.395.pdf